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Fundamentos del Hapkido:

El Hapkido se fundamenta en tres teorías bien definidas las cuales explicamos a continuación:

Teoría del Yu (agua Corriendo):

El agua simbolizaba muchas cosas en la antigua Korea. Entre otras cosas simbolizaba la adaptabilidad, suavidad y flexibilidad.

El agua nunca forcejea o hace oposición a ningún objeto con el cual se encuentra. Si el agua no puede ganar con el contacto, no entra en conflicto. En vez de esto rodeará el obstáculo sin producir fricción. Aunque esto es una prueba de su habilidad para adaptarse es importante mencionar que el agua nunca cambia por si sola. El hombre debe aprender a adaptarse en la misma forma si quiere sobrevivir a los diferentes obstáculos que se le presentarán a lo largo de su vida.

Flexibilidad es otra de las características del agua que utilizamos en nuestro aprendizaje de hapkido. Una barra de acero templado siempre se quebrará eventualmente si utilizamos suficiente presión contra ella. El agua, por otro lado, puede que se separe pero eventualmente volverá a unirse.

En la práctica del hapkido no vamos a detener la fuerza del contrario usando nuestra fuerza; por el contrario, la redirigiremos.

Un hapkidoka no va a detener un puño o patada de un atacante usando fuerza directa.

Por el contrario, aplicará fuerza o bloqueo por un lado, tangencialmente y lo anulará, cambiando la dirección de la fuerza inicial.

El principio del hapkido de utilizar solo el máximo de la fuerza en un punto puede ser fácilmente explicado cuando lo comparamos con el flujo del agua en una manguera de bomberos. Mientras no fluye el agua por ella es fácilmente manejada por una persona, pero una vez el agua fluye a presión se convierte en una fuerza que tensa la manguera y es necesario controlarla por un solo punto que es el extremo por el que sale el agua.

 

Teoría del Won (Círculo):

Desde tiempos remotos la teoría del círculo ha sido

predominante en Korea hasta los tiempos modernos.

La teoría del círculo la usamos en nuestro sistema de rangos. El estudiante comienza como cinturón blanco con un uniforme blanco y muy pocos o ningún conocimiento. En este punto lo podemos comparar con un alpinista que asciende por una montaña. A medida que asciende de rango sus conocimientos se amplían y como el alpinista puede ver más a medida que sube. Ambos (alpinista y estudiante) están interesados en alcanzar la cima para ver más y mas.

A medida que suben y ven hacia abajo pueden aprender de sus conocimientos adquiridos y de sus errores, y verán los aciertos y errores de los que vienen detrás de ellos. También se darán cuenta de las distintas formas que hay de alcanzar la cima y las ventajas de cada una.

Una vez que se alcanza la cima (Décimo Dan) se vuelve al uniforme blanco.

Pareciera que el entrenamiento comenzara otra vez en ese punto. Realmente es el inicio del mismo círculo pero con la ventaja del conocimiento adquirido solo habiendo completado ya el círculo.

La teoría del círculo la aplicamos también en nuestro entrenamiento. Cada persona tiene su propio círculo. Dentro de este círculo está su territorio privado. Si alguien entra a estos dominios privados sin autorización o aviso cada persona tiene derecho a defenderse contra esta invasión. En la práctica, cuando el oponente tira un golpe, si este golpe no traspasa el círculo no hay necesidad de bloquearlo. Si uno bloquea es considerado una pérdida de tiempo y energía.

Cuando el golpe del oponente no penetra el círculo debe ser recibido indirectamente. Redirigiendo la fuerza de forma circular minimiza su efecto.

Utilizando movimientos circulares no solo se anulan los ataques del adversario sino que nos coloca en posición para contraatacar.

El más claro ejemplo de la teoría del círculo son las patadas circulares del hapkido que generan movimientos continuos que nos permiten mantenernos siempre en posición de contraatacar al adversario.

 

Teoría del Wa (Armonía):

En el entrenamiento del hapkido debe existir una Combinación simultanea de mente, cuerpo, ambiente y técnicas. La armonía es el elemento más importante que uno debe lograr a través del entrenamiento.

Después que uno logra alcanzar la armonía con si mismo el siguiente paso es alcanzar la armonía con el oponente. Al conseguir esto último nos daremos cuenta de lo fácil que resulta leer la mente del oponente. Siguiendo con esto, aprender a armonizar con el ambiente es el siguiente paso y finalmente debemos conjugar toda la armonía que hemos logrado desarrollar con uno mismo, con el oponente y con el ambiente con las técnicas que practicamos y aplicamos.

La siguiente es una vieja historia que nos enseñará la importancia de la armonía; “Un famoso ladrón escapó de la cárcel y huyó a través del bosque en su intento por evadir a las autoridades. Mientras corría se topó con un leñador que trabajaba arduamente tumbando árboles. Haciendo este trabajo durante toda su vida se había vuelto un experto con el hacha. El leñador al ver al ladrón lo reconoció inmediatamente pues era famoso en todo el país. Inmediatamente se puso a pensar en la recompensa que se podría ganar si lo mataba y lo entregaba a las autoridades.

El ladrón que había entrenado en el arte de leer los pensamientos inmediatamente le dijo que estaba al tanto de sus pensamientos y que estaba pensando en matarlo en unos minutos.

El leñador quedó asombrado y confuso. No sabiendo que hacer se puso a cortar un árbol. El ladrón nuevamente le dijo que estaba pensando en desistir de matarlo porque le podía leer el pensamiento. Por esto el leñador quedó aun mas asombrado y confuso por lo que siguió cortando el árbol. Fue entonces que el ladrón comenzó a reírse y espontáneamente el leñador le tiró su hacha y le pegó directamente en la cabeza. El ladrón solo alcanzó a decir; ¿Por qué no fui capaz de leer tu último pensamiento? Y entonces murió.”

La respuesta a la pregunta del ladrón es simple. El leñador había trabajado con el hacha por tanto tiempo que esta se había convertido en parte de él. La armonía entre su mente, su cuerpo y el hacha se había desarrollado de tal manera que ya no era necesario ningún pensamiento para actuar. Trabajar con el hacha se había convertido en acción sin pensamiento. El leñador fue capaz de tirar su hacha al ladrón sin necesidad de pensarlo.

Esta historia, aunque simple, es un excelente ejemplo para los practicantes de hapkido.

A través de la práctica diaria las técnicas se convierten en acción sin pensamiento.